¿Para qué
sirve combinar alimentos? ¿Por qué no comerlos indiscriminadamente? Aquí es
interesante comprender que cada alimento va a tener distintas formas de
digerirse, es decir, cada comestible va a necesitar diferentes jugos digestivos
para asimilarse.
“El ciervo pastando en el bosque mezcla muy poco
sus alimentos. La ardilla comiendo nueces puede llegar a saciarse, pero nunca
mezclará otros alimentos con éstas. Los pájaros comen insectos durante una
parte del día y semillas en otra. Ningún animal salvaje dispone de tanta
variedad de alimentos como el hombre civilizado”, como bien explica el Doctor Herbert Shelton (en “La
combinación de alñimentos”)
Básicamente,
los alimentos están formados por tres tipos de nutrientes: hidratos de carbono,
proteínas y grasas. La combinación toma en cuenta esta composición para no
mezclar comestibles con distintos tipos de nutrientes, por ejemplo no mezclar
hidratos con proteínas.
¿Por qué
la mala combinación favorece la putrefacción del alimento dentro de nuestro
cuerpo?
Al ingerir
comida rica en hidratos de carbono, como por ejemplo papa o zanahoria, el
estómago crea el entorno adecuado para digerir lo que le llega, en este caso el
jugo gástrico es de PH básico. Lo mismo pasaría si se comería algo rico en
proteína como tomar un yogurt, liberando así un jugo gástrico ácido. Al
combinar erróneamente los alimentos (como sería comer la zanahoria junto al
yogurt) el estómago no puede crear el entorno adecuado para ninguno de los dos,
es decir, se obstaculizaría la correcta digestión desde estomago retardando así
su asimilación. Durante este tiempo de retardo es donde tienen lugar las
putrefacciones, y con ello la generación de materiales ácidos para nuestro
organismo.
Una manera
interesante de observarlo es analizando lo que ocurre cuando ingerimos el
clásico postre. Si incorporamos una fruta luego de haber consumido un plato de
pastas; la digestión de estas últimas, que lleva aproximadamente dos horas,
retardaría la rápida digestión de la fruta que, si se comiera sola, tardaría
media hora aproximadamente, pudriéndose así la fruta ya que debe esperar la
digestión de la pasta.
Para
evitar los inconvenientes de las malas combinaciones, la mejor regla será
simplificar cada comida a uno o dos productos, variando éstos en las distintas
comidas del día o mejor cada día, para proporcionar al organismo los variados
materiales que necesita.
A grandes
rasgos las frutas deben comerse solas (sin combinarlas con otro alimento).
Incorporando por la mañana frutas ácidas y por la tarde frutas dulces. Las
frutas ácidas por la mañana ayudan al cuerpo a continuar la desintoxicación
debida al ayuno nocturno. Es recomendable que el almuerzo sea rico en hidratos
de carbono y la cena rica en proteínas y esperar al menos una hora entre comida
y comida.
Te
adjuntamos un cuadro en el que se muestran de forma sencilla las combinaciones
correctas e incorrectas:
~ LO QUE VA BIEN ~
Frutas
desecadas y miel: Con frutas frescas dulces
Cereales
(trigo, maíz, arroz, avena): Con verduras
Feculentos
o tubérculos farináceos: Con verduras y zumo de uvas
Legumbres:
Con verduras y mantequilla
Pan,
queso, yemas de huevo y nata: Con frutas frescas, dulces en compotas
Verduras,
raíces y tomates: Con aceites, frutas oleaginosas y huevos
Frutas
dulces: Con yema de huevo y pan
Aceites
y frutas oleaginosas: Con tomates, calabazas, berenjenas y ensaladas
Aceites,
verduras y raíces: Con huevos, patatas, cereales o legumbres secas
Plátanos
y frutas harináceas: Con leche, huevo y frutas dulces
Hortalizas
(lechugas, apio, achicoria, etc.): Con cereales o patatas
Ensaladas
de hojas, tallos o raíces: Con aceite, cereales o patatas
Nueces
y aceitunas: Con cereales, hortalizas
Queso,
mejor fresco que seco: Con cereales, pan o patatas
Arvejas,
frijoles, lentejas, garbanzos, etc.: Con hortalizas
Cereales
(trigo, maíz, arroz, avena, etc.: Con frutas secas dulces
Huevos,
mejor bien cocidos: Con toda clase de vegetales
Pan,
mejor integral: Con hortalizas, aceites.
~ LO QUE VA MAL ~
Huevos,
leche o queso: Con miel, frutas frescas o secas
Cereales
y legumbres: Con castañas o plátanos
Cereales,
trigo, maíz, arroz, avena, etc.: Con patatas, fideos, masas
Cereales
y feculentos: Con frutas ácidas
Frutas
oleaginosas y aceites: Con frutas dulces, miel y azúcares
Crustáceos,
carnes, peces y aves: Con frutas frescas y dulces
Vinos
y sal: Con sandía o leche
Limón,
otras frutas ácidas y vinagres: Con tomates, leche, castañas, plátanos,
cereales, feculentos y legumbres
Leche,
queso y huevos: Con ensaladas crudas, hortalizas, tomates o frutas jugosas
Huevos:
Con queso o leche
Frutas:
Con hortalizas
Miel
o azúcar: Con hortalizas
Aceitunas
o nueces: Con miel, azúcar o frutas dulces
Más
información sobre clasificación de frutas (ácidas, semi ácidas y dulces en el
blog)
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