El sistema
digestivo tiene como función absorber los alimentos que incorporamos y eliminar
desechos. Ese proceso comienza en la boca con la masticación. ¿Por qué es
importante masticar bien los alimentos? Al masticar trituramos el alimento para
que sea más fácil y rápida su digestión, evitando así que se fermenten en el
intestino. Por ejemplo, alimentos como el pan, ricos en almidón, no se digieren
bien si no están envueltos en saliva, ya que una de las funciones primordiales
de la saliva es digerir el almidón.
Resumiendo,
como entiende Lezaeta Echarán (en “Medicina
natural al alcance de todos”) , la masticación apresurada e incompleta y la
insuficiente insalivación llevan a que el estómago tenga que procesar alimentos
mal preparados, es decir que tenga que cumplir una función que no le
corresponde. De esta manera, no solo es importante lo que incorporamos sino
también COMO lo digerimos, ¡OJO! “No alimenta lo que se come, sino lo que se
digiere.”
Para llevar adelante
un buen «ejercicio mandibular» es necesario que los dientes estén sanos lo que
se logra comiendo alimentos crudos sumado a una buena limpieza dental. Respecto
a esto último es necesario compartir que cuando nos lavamos los dientes con
pasta dental industrial, que contienen flúor, estamos debilitando el esmalte de
los dientes y además incorporamos vía digestiva flúor que se va acumulando en
los huesos y los debilita. Aquí les adjuntamos una receta casera de pasta,
súper recomendada:
Materiales:
- Arcilla blanca (comestible): Utilizada por sus efectos antiinflamatorios, cicatrizantes, purificadores, calmantes y antibacterianos; actúa inhibiendo el desarrollo de gérmenes y favoreciendo la regeneración celular. Es de PH alcalino, lo que ayuda a inhibir el crecimiento de la placa bacteriana.
- Salvia: es antibacteriano, antifúngico y antiviral. Eficaz frente a inflamaciones e infecciones de las mucosas bucofaríngeas (gingivitis, estomatitis, faringitis).
- Tomillo: es antibacteriana y ayuda a combatir el mal aliento.
- Stevia: Edulcorante.
- Aceite esencial de menta: Refrescante, calmante, antiséptico.
- Sal marina: Antiinflamatorio.
Procedimiento:
- Paso 1: Realizamos una infusión de la Salvia, Tomillo y Stevia: llevar a hervor 100 ml de agua, luego colocar el agua hervida en un jarrito y dejar reposar por 15 minutos junto a las hojas, colocándole una tapa para evitar la evaporación de aceites esenciales. De cada una de las hierbas, echar una cucharada pequeña.
- Paso 2. Filtramos el producto y añadimos la sal (una pizca). Removemos hasta que se disuelva.
- Paso 3. Mezclamos con la arcilla. Añadimos a su vez unas gotas de aceite esencial de Menta (opcional).
- Paso 4. Las cantidades son aleatorias, vamos mezclando hasta adquirir una consistencia pastosa.
- Paso 5. Envasamos en un recipiente preferentemente de vidrio (se recomienda hervirlo previamente para esterilizarlo) y guardamos en el refrigerador. Puede durar meses.
- Paso 6. Usamos como cualquier pasta de dientes.